sábado, 23 de septiembre de 2017

CONSTRUIR RELACIONES DESDE EL CONTROL O DESDE LA CONFIANZA

Esta semana pasada reuní a todo mi equipo para mostrar, compartir y agradecer el buen trabajo que están realizando, los  logros, retos, objetivos y acciones que están llevándose a cabo.


Durante la exposición, quise resaltar un punto que considero clave en la organización de los equipos y en el avance de estos. Aspecto con el que cada día estoy más convencido de su capacidad de engrandecer a las personas y por tanto de generar espíritu de equipo.


Habitualmente siempre buscamos tener las cosas bajo control. Desde el momento que nos levantamos y hasta el instante que nos acostamos estamos pensando continuamente en todas aquellas cosas que tenemos que hacer dentro de una hora o durante todo el día. Recomponemos la película del día o de la semana en nuestra cabeza otorgando a cada instante un premonitorio aspecto de realidad controlada. Realidad que todavía no ha acaecido pero que ya hemos creado.
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Controlamos todo lo que consideramos importante. La ubicación de los libros en casa, la hora del café, tenemos bajo control lo que vamos a hacer hoy, controlamos que tiene que estudiar y cómo tiene que hacerlo nuestro hij@, el kpi de mi equipo, etc.


Nos vestimos con el traje del control diario, y así nos sentimos bien. A mayor control, mayor sentimiento tranquilidad.


Sin embargo, aparece de repente en todo este circuito cerrado, fisuras de no control. Nuestro hijo no quiere estudiar como nosotros queremos o lo que nosotros queremos, el objetivo a cumplir por mi equipo está por debajo de lo que debería estar, los libros nunca están en el lugar adecuado.
Ante esto, ¿qué hacemos?, obviamente aumentar el nivel de control.


Entonces, comenzamos a exigir ese control, elevamos la exigencia, provocamos presión en nuestro entorno.... más rápido, mejor, así sí, así no..... y nos convertimos en un seres estresados, cargados de nervios, arrebatados por nuestra razón controladora. Vivimos sin reparar en nuestra vida, obsesionados en conseguir que todo tenga orden y concierto generando en el entorno un enclave de desconcierto al principio, de silencio después, de miedo y por último de desconfianza.


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Al final, el exceso de control lleva a que todo tiene que pasar por mí para hacer las cosas con el estándar de excelencia marcado por uno mismo. En este entorno, el otro decide aceptar y dejar que las tareas las haga mi superior.


Aparece el desánimo, la desconfianza, el silencio, el miedo.  Así, los equipos trabajan sin aportar valor, trabajan por una recompensa monetaria, pero no por una recompensa humanitaria.



Sin embargo, frente a este tipo de gestión existe otra manera de conformar la relación. Una que es más productiva, mucho más capaz de desarrollar los procesos, de aumentar la eficiencia y de conseguir tornar objetivos inalcanzables en realidades. Es la gestión de la CONFIANZA.


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La confianza provoca cercanía, aceptación del error del otro, comprensión en el proceso, empatía en la propuesta del otro.


Se abre así una línea de crecimiento en la persona, una línea que si conoce el objetivo al que llegar (control transparente) y se permite hacerlo bajo conceptos de aportación personal o grupal construyen valores sobresalientes, valores de equipos de alto rendimiento. Valores y actitudes  como autonomía, implicación, responsabilidad, honestidad y pasión.


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El miedo queda relegado a un plano inferior y se sustituye por el amor por hacer las cosas, y hacerlas bien. Ahí es dónde se genera el caldo de cultivo de un equipo de alto rendimiento, ahí es dónde está la base del Liderazgo de equipos.


Hay que trabajar desde la Confianza hacia el equipo y no desde el Control desmesurado. El primero es la piedra angular de un motor de alta potencia que empieza lento pero que avanza con fuerza inusitada.
El segundo, en entornos de exceso, provoca un cuadro aparentemente ordenado y perfecto que se apoya en un caballete carcomido por el miedo y el desánimo, afectando incluso a nuestra propia salud cada vez más estresada.


Tú que eliges, ¿construir desde el Control o desde la Confianza?
 

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