domingo, 2 de julio de 2017

LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA O LAS VUELTAS DAN MUCHA VIDA.



Hace unas semanas observé en una agencia de viajes una cartel promocional que me llamó la atención. Me gusto la original frase de su texto, así como la iconografía puesta hacia abajo. "Las vueltas dan mucha vida".



 Una idea genial y un resumen de la genialidad de la vida. Es cierto que cuantas más vueltas, mucha más experiencias, más conocimiento y sobre todo más amplitud de miras. La visión de nuestro entorno se va encerrando conforme vamos cumpliendo más años y nos aposentamos en nuestra razón, otorgando a ésta la virtud de la más alta exigencia de verdad y de egoísmo.

Viajamos durante el tiempo de la vida con la certeza extrema de que tenemos gran parte de razón. Un estado de egocentrismo asumido por nuestras propias experiencias que van conformando nuestra propia realidad. Incluso llegamos a defenestrar otras ideas, otras formas de pensar y otras posibles alternativas. Nos vamos encerrando en un trozo de papel cuadriculado sin querer entender que puede existir una maravillosa pared blanca donde podemos volver a reescribir nuestras creencias, cuando y cómo queramos. 

Siguiendo con las agencias de viaje, llegó a mi teléfono un video de otra compañía relacionada con los negocios de viajes. Un espléndido video que muestra la capacidad del ser humano de clavarse fijo, tal clavo en la madera, en nuestras propias creencias. Sin embargo, la maravilla del ser humano es su capacidad de sentir y es entonces cuándo uno descubre esa brizna de emoción que a todos nos envuelve y justo ahí aparece la posibilidad de seguir creciendo, seguir aprendiendo y seguir aceptando que nosotros no somos más que una suma de los otros.






Como dice Gueshe Kelsang Gyatso en su libro "Transforma tu Vida": "Por lo general, cuando tenemos problemas, culpamos a los demás, pero el verdadero culpable es nuestro egoísmo. Cuando lo hayamos identificado correctamente, debemos considerar que es nuestro peor enemigo y acusarlo de nuestras desgracias. Aunque es beneficioso tener paciencia con los demás y perdonarles sus defectos, no debemos ser tolerantes con nuestras actitudes egoístas, porque cuanto más lo seamos, más no perjudicarán. Si queremos enfadarnos con algo, debemos hacerlo con el demonio del egoísmo".

 

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