jueves, 13 de febrero de 2014

PIGMALION O EL ARTE DE CREER Y CONFIAR EN CREAR LOS SUEÑOS

Pigmalión fue rey de Chipre y durante mucho tiempo buscó una mujer con la que compartir su vida. Pasaron los años y Pigmalión no conseguía encontrar a la mujer que cumpliera con su anhelo, que no era otro, que el de ser la mujer perfecta.




Su búsqueda fue baldía. Decidió olvidar su propósito y dirigir su atención a la escultura. Pensó que tal vez, de este modo,  podría suplir su frustración de no encontrar la belleza femenina que tanto anhelaba, y así fue como esculpió a Galatea.





La belleza de la escultura de Galatea era tal que Pigmalión comenzó a enamorarse de la figura de piedra que había creado. Su creación era el anhelo inicial que tanto había deseado. Era la mujer perfecta que había buscado tiempo atrás sin conseguirlo.


Tan fuerte era su amor por Galatea que la diosa Afrodita se apiadó de la tristeza de Pigmalión y le permitió que Galatea fuese humana, al menos en el sueño de Pigmalión.



El deseo del rey aumentó aún más y Afrodita apiadándose de Pigmalión le entregó a Galatea en forma humana diciéndole "mereces la felicidad, tú mismo la has creado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela  del mal".
Esto que acabas de leer es el mito de Pigmalión. Es curioso, pero creer en algo llevó a Pigmalión a crear lo que quería y no encontraba. Además, su anhelo en lo creado, la confianza en la belleza de su escultura le condujo a ver a Galatea en sueños y a poder vivir con ella gracias a la intervención de la diosa Afrodita.
En los años 1960, a Rosenthal y Eleonor Jacobson les encomendaron hacer un estudio para mejorar o ver cómo mejorar los rendimientos académicos de los estudiantes en Estados Unidos. Estos investigadores sociales llegaron a las aulas y les dijeron a los profesores que tras realizar una serie de test descubrieron que un grupo de niños iban a mejorar sustancialmente su rendimiento, debido a su alto coeficiente intelectual. Volverían al finalizar el curso para  corroborar la hipótesis del estudio.
A su vuelta,  los profesores informaron a los investigadores que los niños a los que habían realizado los test, efectivamente habían conseguido unos resultados excepcionales.
La sorpresa de los profesores fue la respuesta que los investigadores les dieron al decirles que no hicieron ningún test, que los niños en cuestión fueron elegidos al azar y que la única razón de los buenos resultados fue simplemente creer y confiar en lo que habían dicho los investigadores. Ello hizo que los profesores atendieran,  creyeran y confiaran particularmente en esos niños, ofreciéndoles  más tiempo, más atención y en consecuencia ayudando a mejorar sus niveles de conocimiento y por ende sus rendimientos.
La vida, es un cúmulo de situaciones que hay que afrontar de manera diaria. Los sueños, no son más que la posibilidad de creer. Sin creer es imposible confiar en conseguir lo que se anhela. Hay que creer sin miedo al riesgo, porque al creer en nuestros sueños estamos más cerca de crearlos. Al creer en nuestros sueños estamos confiando en que nuestro proyecto, nuestra idea, nuestra ilusión se puede conseguir.


Os dejo un enlace que creo resume la idea que he comentado.


Creer es confiar


Nos leemos¡¡

2 comentarios:

  1. Efectivamente, la vida está llena de ejemplos en dónde la fe en tu proyecto o sueño te lleva a superar todas las dificultades para llegar al objetivo. Desgraciadamente si le dices a la gente, tus necesidades están cubiertas, ¿qué quieres hacer? el 90% no sabrá que contestarte. La gente en general a perdido esa ilusión.
    Me ha gustado. Escribe mas...

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    1. Gracias Lemo. Todos tenemos sueños, pero no todos saben que el tiempo se agota y que se dedica más tiempo al trabajo, al dinero, al que dirán, que a lo que realmente quieren. Curiosamente es cuestión de tiempo que se den cuenta.

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