viernes, 23 de mayo de 2014

Vamos a pintar

Normalmente nos olvidamos de la esencia del niño conforme vamos creciendo. Sin embargo, aquel permanece con nosotros en todas las etapas de nuestra vida. Apenas lo escuchamos, porque apenas escuchamos nuestro interior. Habitualmente oímos más lo que otros nos indican, dicen o advierten, que lo que nosotros queremos creer.
Conforme pasa el tiempo nos convertimos en más lógicos, más serios, más adultos, mas verticales, más ¿responsables?...y a veces también nos olvidamos de ser más felices, más simpáticos, más ignorantes, más ilusionados, más niños.
Pero, como ya he dicho antes, todos somos o tenemos un niño dentro....y si no hagamos un juego juntos. Juguemos por ejemplo a dibujar una casa. Vamos....pinta una casa, hazlo, coge un papel y un boíl y pinta una casa.
¿Ya la tienes?. Bien, dime ahora si tu casa, la que has dibujado tiene una fachada cuadrada, con un triángulo encima a modo de tejado. Además, es posible que tenga una puerta y dos ventanas en la fachada, y es posible que tenga otra ventana, esta circular, en el triángulo. Es muy probable que incluso tu casa tenga una chimenea que además tiene humo........
Posiblemente tu casa sea muy similar a la mía

    &
    &  /.   \----------------------------
     ¶ /.       \.                                 |
      /.           \.                               |
    /.       0      \.                             |
  /.                   \.                            |
/.                       \.                           \
|~~~~~~~~~~~|~~~~~~~~~~~~~~|
|    []           []    |.                             |
|                        |.                             |
|          []           |           []                 |
------------------------------------------


Mi casa es exactamente el mismo modelo que pintaba cuando iba al colegio, cuando era un niño. ¿Te ocurre lo mismo a ti?. Es decir, que a pesar de tener muchos años pintamos la misma casa que cuando éramos niños. Entonces, ¿por qué no nos permitimos volver a ser niños por un espacio de tiempo?.
¿Por qué nos empeñamos en reprimir la ilusión y la imaginación?, ¿ por qué nos empeñamos en empeñar la frescura y queremos ser exclusivamente adultos serios?.
Permitamonos la licencia de gritar que dos y dos pueden ser 22 o dos patitos, además de ser cuatro.
Cuando crecemos olvidamos la belleza de la ignorancia, y curiosamente nos volvemos más imbéciles cuando creemos que lo sabemos todo. Justo ahí, en ese instante es cuando debemos de deshacer el camino andado y volver a ver el mundo con ojos de plato, con curiosidad, con gafas de colores, con mente abierta, con olor a niñez. Vivir hoy es descubrir el futuro reviviendo la creación de la niñez.

Gracias Fernando Botella. Esto es tuyo y no es mío, pero tenía que relatarlo aquí.

Nos leemos!!!