He escuchado frases como que la vida no es maravillosa, que nos pasamos el día trabajando, que apenas hay tiempo para nada, etc, etc.
Finalmente, he intentado ser lo más diplomático posible y mediante ejemplos le he expresado que su actitud sólo puede conseguir aumentar su apatía, su incredulidad y permanecer en un círculo demasiado viciado por juicios aplastantes, que aunque parezcan cargados de razón realmente están repletos de miedo, de inseguridad y de falta de confianza.
Quiero a mi amigo, porque es un hombre honesto, comprometido con su trabajo, amigo de sus amigos, en definitiva una muy buena persona. Sin embargo, me ha entristecido escuchar como su línea de la vida estaba anclada en un bucle, que si bien para él tiene sentido, a nivel general creo que está lejos de su capacidad, lejos de sus sueños.
Con el paso del tiempo, todos nos vamos viendo invadidos por una apatía galopante que se adhiere a nuestra mente con una fuerza inusitada. Esta apatía recurrente envuelve nuestro día a día y no nos deja ver más allá de nuestras tareas cotidianas. A partir de ahí, cualquier intento de salir o de recordar la vigorosidad de las ideas de la juventud se responde con un "no puede ser" o con un "no tengo tiempo" o con un "es que ahora tengo responsabilidades".
Cuando permitimos que el "es que" domine nuestra vida olvidamos lo importantes que somos e incluso empezamos a dudar de lo maravillosa que es la vida, como dice mi amigo. A partir de ese momento nos creemos que los mares son innavegables, "es que yo no sé gobernar un barco". Que los mares son tan grandes e inmensos.... "es que no sé que habrá más allá y además estoy bien aquí".
No nos permitimos siquiera pensar en la belleza del barco, en sus velas, en su cubierta, en la espectacularidad de un amanecer, en la dulzura mágica de una puesta de sol, en la grandeza de simplemente disfrutar de estar sin tener que hacer nada más, al lado del mar.
Y no nos lo permitimos porque tenemos miedo a salir del área de confort. Es mejor lo conocido que lo desconocido, es mejor pensar en defendernos ante aquellos que van más allá del área de confort que acompañarles, aún cuando estamos deseando en nuestro interior hacerlo.
Mi amigo le encantaría subirse al barco y navegar, disfrutar del viento sin pensar si su próximo negocio saldrá bien o mal. Estoy convencido que si lo viera, si realmente se diera cuenta, si la luz iluminase su mente querría con toda su alma realizar un viaje sin fronteras.
Creo que la vida es maravillosa y necesaria. Estoy convencido que hay que vivirla con ilusión, con optimismo, con una sonrisa y con ganas, muchas ganas de aventura. La vida es un viaje sin límites.
Os dejo este video que curiosamente vi el día antes de quedar con mi amigo. Los sueños son posibles, hay que creer en ellos, son una parte importante de nuestro viaje. No permitamos que venga nadie a aplastar los nuestros. Al fin y al cabo, la vida es un viaje sin límites.
Nos leemos¡¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario