domingo, 18 de marzo de 2012

JODER, JODER CUÁNTA IMPERTINENCIA (CHAPTER 1)

Hola de nuevo. Estoy cansado, cansado y enfadado. Ayer leí un comentario de un político de mi ciudad diciendo que habían hecho los deberes. Habían conseguido poner al día todas y cada una de las facturas para enviar al gobierno, según real decreto, y poder zanjar la deuda con los proveedores. El montante está alrededor de unos dieciseis millones de euros.

En dicha entrada, comentaba el político, del esfuerzo realizado por los funcionarios que se quedaron hasta las diez de la noche, y que incluso algún día no comieron ("para que luego digan de los funcionarios", recalcaba el político). La cosa continúa, ya que al final del escrito indicaba algo así como: "que da gusto trabajar para un gobierno como el de Mariano Rajoy que ofrece soluciones"...... y entonces hasta ahí, hasta ahí pude leer sin que me subiera un sofocón desde la uña del pie gordo hasta el lóbulo de mi oreja que me creó principio de úlcera (menos mal que hay almax).

Joder, joder cuánta impertinencia¡¡¡¡¡. Vamos a ver si ponemos los puntos sobre los cerebros (es así esto no?):

1.- Que viene la crisis, que viene¡¡¡ y la traen los bancos que se dedican a especular con el dinero de sus clientes (marionetas) y meten mierda hasta los topes para luego dejarla en un globalizado ventilador y que salpique a todos. Se dedican a vender paquetes tóxicos que otros bancos compran y toda la gripe económica se convierte en neumonía generalizada.

2.- Vamos, vamos que hay que salvar a los bancos¡¡¡ y van y encima los gobiernos les dan ayudas para rescatarlos, no sea que los pobres desaparezcan y se lleven por delante los ahorros de los pobres clientes (marionetas) que no se enteran todavía de nada.

3.- Los bancos son buenos Manolito y nunca engañan, y van y el gran banco padre les presta dinero y les dice que se lo tiene que devolver a un interés del 1%. Claro, los bancos hijos (de...) le dicen que sí y con ese dinero no prestan a los clientes (marionetas....que ya empiezan a darse cuenta de algo) pero si que se lo prestan a los gobiernos y los bancos hijos (de...) les dicen..."yo te lo dejo pero tú me lo devuelves al 5 ó 6% de interés". "Muy bien, le dice el gobierno (que no sé si es tonto o es que no tiene muchas más opciones, o sea que es tonto).

4.- Uy que ya he llegado la crisis Manolito, y llegan las elecciones y ganan los otros que decían no iban a subir impuestos, que la sanidad ni tocarla, que la educación ni tocarla, que trabajo para casi todos. Vamos una sarta de mentiras que se creyeron 10 millones de electores (que mala es la desesperación).

Bien, hasta aquí el capítulo primero.

miércoles, 7 de marzo de 2012

San Quirico o qué fácil es dar quicos a cuatro pesetas

Me cae bien Leopoldo Abadía. Es de esas personas que seguro le caen bien a la mayoría. Leo de vez en cuando algún artículo que escribe en el Abrazo del Koala. Siempre son artículos accesibles, cercanos a los pobres de conocimiento en economía. Muchas veces dice verdades como puños, otras me da que pensar y algunas me hace recordar a otro personaje muy similar a él con el que tuve el "desplacer" de trabajar.
Esta persona tiene la virtud de ofrecer candida sencillez a los problemas laborales que uno encuentra, tanta sencillez que consiguió obnubilarme por completo. Creía tanto en sus palabras que así me fue, despedido de mi empresa.
Quiero decir con todo esto, que la sencillez vestida de sonrisa no es más que eso "sencillez vacía". Que es muy sencillo ofrecer respuestas a problemas desde la otananza, pero que mojarse los pies o ensuciarselos de barro, eso ya no gusta tanto al gurú de lo sencillo. (No quiero decir que Leopoldo sea un gurú de lo sencillo, sino que el personaje que conocí si que lo era).
Así que hay que respetar la sencillez cuando esta viene vestida de sonrisa, dulzura y propuestas de mejora atadas a un rosario. Que si el tipo es del Opus, ojo que cuando pueda te rebanará la cabeza (profesionalmente digo) y después te dirá que eso es bueno y la vida traerá nuevas oportunidades. (Son poco listos los tipos estos que matan profesionalmente y rezan al mismo tiempo).
Que la dulzura se vende al mejor postor y que nunca dieron quicos a cuatro pesetas sea en San Quirico o en Cheste.